jueves, febrero 03, 2005

Tengo una idea...


Allá por diciembre escribí una entrada hablando de mis ilusiones por esta empresa, de lo bonito que era el portal, de las escaleras señoriales, de la apariencia de estudio artístico más que de instituto de Investigación de Mercados... y ahí estoy, sentado en una de las mesas (sin ordenador todavía) flipando con todo lo que pasa a mi alrededor y pensando en qué es lo que vieron en mí los jefes para incorporarme a su plantilla.

La gente de la oficina es muy maja, siento cierta morriña hacia Delta pero se que es algo propio de esta etapa...

El otro día escuché que el cerebro ante grandes cambios que pueden resultar traumáticos desarrolla algo así como un sistema inmunológico emocional para evitar que suframos, y activa no-se-qué partículas que hacen que seamos más optimistas y esperanzadores ante la vida.

No voy a decir que mi cambio ha sido un trauma, pero algo de acojone sí que sentí el lunes (día previo a mi incorporación): cómo será la gente, cómo serán mis jefes, cómo será currar sin tener cerca Zara o Pull & Bear (bueno eso podemos obviarlo)... El caso es que estos días todo me recuerda a Delta (mi ex...), a mis compañeros y a los detalles más nimios de los que tanto me quejaba a veces... Qué ironía...

Aprovechando que trabajo en la misma calle que Gilda (lo que nos faltaba -según dice LaReme-), hoy hemos comido juntos, y estar con ella ha sido un alivio para mí ante tanta novedad: cuánta peluquería, cuánta tienda cara, cuánto abrigo de visón, cuánto pijerío de alto-standing... Al fin y al cabo se trata del "barrio de la Salamanca" (según Gilda).

Estoy contento, todo lo miro y lo re-miro como si fuera un niño chico, y sé que todo es cuestión de tiempo. Ha sido una gran decisión.

Besos para todos!!!

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