sábado, enero 29, 2005

Los mejores deseos...



En mi último día en Delta la mañana comienza tranquila, la cinta de audio de la dinámica de grupo que hice ayer me espera encima de la mesa para ser transcrita.

Un momento de solapamiento entre mis comienzos y mi final inundan mi escasa conciencia de despedida.

Todo parece y transcurre como un día normal, las sonrisas de mis compañeros sin directas y sólo los más cercanos se atreven a manifestarme su vacío ante mi marcha.

A las 12 me bajo con MJ (una de "mis secres") a comprar algo que permita cerrar el agujero del estómago tan característico de esas horas del día... y que marque mi despedida de una manera copiosa, tal y como muchos se merecen.

Nos juntamos casi todos en una sala llena de comida, y yo, cámara en mano, me dedico a inmortalizar todas las caras de los que han sido mis "hermanastros" durante casi 14 meses. Un nudo en la garganta me impide expresarme en palabras, y lo disimulo con mi eterna sonrisa y con largos tragos a un vaso de sidra.

Brindis, "suerte", "los mejores deseos" y los gestos más sinceros cierran el finiquito y los recuerdos que tendré en un futuro de mi etapa en Delta; al fin y al cabo ha sido como mi segunda casa.

HASTA SIEMPRE.

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