miércoles, enero 05, 2005

Feliz año...



Después de un par de días en cama, un ataque de alergia que me ha teñido el cuerpo de rojo-cangrejo, una visita a un médico que me diagnostica sinusitis, una aparición estelar en urgencias un par de horas más tarde, y la ignorancia de todos al no saber qué es lo que me pasa, no me queda mucho cuerpo para felicitar el año...

Nochevieja pasó sin pena ni gloria, me negué a vestirme de corbata y me pegué a Laire que era carcajada asegurada toda la noche... y así fue (nunca defrauda). Amortización de la entrada, ciegus-tremendus y no amanecer hasta las 6 y media de la tarde del día siguiente.

Mi querida Ovejitas_ estuvo en Italia, y aunque no han sido más que 8 días a mí se me han hecho eternos y no ha habido día que no la haya echado de menos (por lo que me cuenta en una postal se lo ha pasado en grande y no ha perdido el tiempo en visitar... monumentos).

El comienzo de semana (y de año) ha sido un poco amenazante, con la mitad de mis amigos enfermos de gripe mi hermano cae como un herido de guerra más tras correr la San Silvestre y nos pone a toda la familia en alerta. En un principio (y tras mucha vitamina C) las cosas parecen ir bien, hasta el martes que me despierto con fiebre y el cuerpo atacado por una urticaria. Por la mañana el médico no me sabe decir nada, y como por la tarde me sube la fiebre y estoy cada vez más rojo, decido presentarme en urgencias de la clínica de la Moncloa.

Cuando por fin me atienden el doctor no entiende muy bien mi situación y decide ponerme dos inyecciones (cortisona y anitihistamínico); tras unos minutos de espera para que me den el alta, mi cuerpo reacciona de una manera extraña y caigo redondo al suelo, pérdida de consciencia, mi madre algo nerviosa y 8 médicos intentan reanimarme a base de tortas. Yo sólo recuerdo despertarme dentro de un capítulo de Hospital Central: las luces del techo pasando deprisa delante de mis ojos mientras me trasladan en una camilla, los médicos preguntándome mi nombre, me meten en una sala con gente muy grave, me quitan la camiseta a tirones, me toman la tensión, me hacen un electro cardiograma y... ya estoy algo mejor.

Me parece que necesito un chequeo... En realidad pudo ser un efecto rebote de la cortisona que me pusieron, pero no se sabe nada.

El caso es que hoy es la noche de Reyes, dentro de un rato me toca la pastilla y tengo la sensación de que el 2005 no ha empezado con muy bien pie, o de que estas no han sido las navidades de mi vida.

Mejor dejar los achaques para otros e intentar enterrar mi hipocondria con un poco de optimismo, pensando en un cambio de curro, por ejemplo.

Besos para todos!!!!

(Y muchos más pá mis murcianicos lectores: la Noe, la Má, el Manué, Germancín, Javié... de lo mejorcito del 2004).

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