miércoles, septiembre 07, 2005

Post-vacacional

Me he apuntado en una escuela de teatro.

Está visto que mi vida se tiene que desarrollar en Madrid; en plena Gran Vía voy a retomar las artes escénicas, ya que no pude dedicar mi vida académica a ello, no pienso desaprovechar la oportunidad y voy a empezar a hacer lo que realmente me gusta.

Una de las cosas que estoy aprendiendo con mi nueva etapa laboral es que nada es como antes, ni el entorno social ni el familiar son como antaño, y aunque hay muchas cosas que echo de menos, tengo que afrontar la novedad del cambio.

Mis amigos cambian, mis horarios cambian, mis necesidades cambian... ya no existen las vacaciones de tres meses, los parones en febrero y en junio, la ilusión por aprender cosas nuevas se focalizan en torno a un mismo sector, las personas nuevas que conozco se convierten en clientes fríos y con caras de pocos amigos. Mis compañeros son ahora personas con una hipoteca que pagar, con unos planes de boda e incluso con la ilusión de tener un hijo. Yo todavía me siento a años luz, por eso creo que intentando alcanzar mis sueños por otras vías llegaré a encajar todo esto de la manera más optimista posible.

Pero las sorpresas de cada día siguen animándome y sacándome una sonrisa cada vez más tensa por asuntos que se me escapan de las manos. Tener todavía amigos con los que compartir aficiones, que se esfuerzan por verte feliz, que te mandan mensajes para empezar con buen pie el día... suman puntos a una escala compensando así los altibajos.

"Lucha por tus sueños o los demás te impondrán los suyos" (Paulo Coelho)

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