sábado, mayo 14, 2005



Ya se acaba la temporada de bodas (al menos para mí), corta pero intensa.

Fotos de la boda de Paz&Jaime el sábado pasado.

Mucha fiesta para celebrar el acontecimiento más esperado del año (junto con la boda de Inma y el nacimiento del hijo de Leti y Felipe) y que tan bien pudimos amortizar: la barra libre parecía la taquilla del metro a principios de mes, y hasta los novios empatizaron con los invitados con eso de acabar con las existencias.

Recuerdo vagamente el final de la noche... o el principio de la mañana, porque me vienen imágenes de mucha luz, chocolate caliente, churros y porras (de los de comer) y ganas de seguir la fiesta.

Todos los colegas íbamos de catálogo de bodas, y aunque destesto la corbata y el rollo de las camisas, ese día no me importó en absoluto disfrazarme por segunda vez consecutiva; de ahí que valore enormemente poder ir vestido como quiera a trabajar (aunque esté deseando salir de allí).

Hoy es sábado, pocas ganas de salir, parece que volvemos al invierno y apetece poco volver a enfundarse en bufandas y jerseys gordos. Ayer me resistí a la dichosa ola de frío saliendo a la calle con una simple sudadera, y hoy mi estado general se resiente haciendo de los pañuelos mis mejores aliados...

Qué mal momento, el año pasado por estas fechas eran los exámenes, y éste la mala situación laboral y el frío... si es que uno nunca está contento. Como decía Ovejitas_ ayer: "Si tienen novio, trabajo y son guapas... ¿de qué coño se quejan?".

No se valora lo que se tiene hasta que se pierde, ¿no?... Autoterapia para un sábado distímico.

Besos.

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