jueves, mayo 19, 2005

Pensando en voz alta

Junto a las últimas almas que vagabundean por mi pueblo, conduzco mi coche de camino a casa. Es tarde y sólo algunos macarras tuneados de pieles oscuras se cruzan con mi humilde utilitario que intenta pasar desapercibido.

Es justo la hora de la reflexión, debería ser algo que hacer en la cama, pero hay que aprovechar el tiempo, algo que últimamente no me sobra. Después de una larga charla con Gilda, bastante más racional que emocional (ausente de nuestras habituales carcajadas) intentando entender ciertos aspectos laborales, me di cuenta de una necesidad de cambio.

Cansado de las mismas cosas de siempre siento que a veces no tengo los cojones para dar "el paso", para poder cambiar lo que tengo delante por algo que realmente me motive a levantarme de la cama. Ganas de conocer mundo, de hacer viajes, de tener más recursos sociales que me hagan salir de la rutina, de huir de mis jefes a los que les importa una mierda mi lado personal, de poder organizar mi tiempo, de evitar la incertidumbre constante que supone mi trabajo, de escuchar música sin tener la sensación de estar haciendo algo prohibido... de poder contar cosas interesantes a los que me rodean; mi reto es trabajar para vivir, es el pulso que domina mis objetivos diarios... intento hacer de mi vida un "Amelie", pero me da la sensación de que me he convertido en un Bill Murray más "atrapado en el tiempo".

Pero me parece que invierto demasiado tiempo pensando y poco actuando, víctima de "mobbing" en el trabajo no me queda otra.

¿Son mis inquietudes y reflexiones una utopía? ¿Es querer vivir en una nube de colores y no hacer frente a lo que realmente se supone que es la vida? ¿Algún plan interesante para este fin de semana?...

¿Qué me pasa doctor?

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