domingo, octubre 24, 2004

Pues parece que se acaba el fin de semana y con él la satisfacción de unos días bien empleados.

Tras regocijarme de mi futura incorporación laboral, el viernes fui al cine con Ovejitas a ver "Misteriosa Obsesión"... El resultado fue una decepción en el minuto 45 de la película y la rabia de haber vuelto a caer en el engaño del maravilloso marketing americano (desde luego el arte de los traillers tiene su cuna al otro lado del charco); Julianne Moore no lo hace mal, un estupendo papel a lo "No sin mi hijo", una piel pálida que aporta un mínimo de luz a los fotogramas y una estupenda forma física (se pasa corriendo buena parte de la trama) es lo que más se puede destacar de su interpretación. Conclusión: no la recomiendo. Eso sí, el descojone a la salida del cine recordando algunos diálogos nos dio pie a imaginarnos cómo sería la presentación de la peli en el falso "Estrenos de cartelera" por la falsa Raquel Revuelta de Homo Zapping...

Y después de un viernes tranquilo el sábado tocaba trasnochar. Tenía planes en Madrid-centro con Toni y su pandilla, pero apareció Josechu y me los cambió en menos de cinco minutos: cena en su casa con Pilarinchi (poseída por un virus estomacal), Albert, La Rebe ("Menos fotitos y más escribir", fue algo así lo que me dijo con respecto a este blog... si ya sabía yo que lo de los montajes fotográficos se tenían que acabar) y JM.

Tras ponernos hasta arriba de comida sana y digestiva (nuggets de pollo, palitos de mozarella con salsa de mostaza, ensalada de piña con pollo, ensalada de lechuga, tomate y pollo, y patatas gratinadas con salsa de nata) vimos "Y entonces llegó ella" (protagonizada por Jennifer Aniston), con el miedo de aplatanarnos, de que se anularan mis planes con Toni y de que la peli me dejará más traspuesto que la cena, me agarré a la jarra de mojito y me pasé la peli combinando esta bebida tropical con unos copazos de ginebra con limón.

Al final (y tras aguantar un inexplicable y tremendo atasco en pleno Madrid a las 2 de la mañana como si fuera la hora punta de un lunes) nos encontramos con mi amigo en una plaza cercana a la Gran Vía, y nos metimos en El Sitio, tradicional para ponernos hasta el culo de minis y consolar el ahogo que supone aparcar por esta ciudad a cualquier hora del día.

Y al final... LP (qué raro...), y a pesar de que La Rebe estuviera aferrada al Almax y con más ganas de meterse en una cama que de meterse en un antro a bailar Bisbal y demás triunfitos, aguantamos hasta las 5 tras un par de garrafones, miraditas frustradas, pisotones y empujones a conciencia, y alguna sopresa que otra...

En fin, que Josechu y JM acabaron dejándome un recuerdo de su indigestión-etílica en la puerta de mi casa, yo me metí en la cama con dolor de cabeza y el domingo hizo acto de presencia triunfal a las 12 de la mañana con mi madre y los cacharros de la cocina.

Malditos domingos...

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